Rutas Urbanas | Venezuela

En Venezuela podemos contar, por decenas de miles, las personas que todos los años se trasladan a ciudades como Barquisimeto, Maracaibo, Guanare, Achaguas o al Valle del Espíritu Santo en la Isla de Margarita para participar en las festividades de la Divina Pastora, de la Chinita, de la Virgen de Coromoto, del Nazareno de Achaguas o de la Virgen del Valle, respectivamente.
El día de Corpus Christi son muchos quienes también se desplazan a San Francisco de Yare para ver a los tradicionales Diablos Danzantes, o el 28 de diciembre a Sanare, para la fiesta de Los Zaragozas.
Pero éstas son manifestaciones multitudinarias que vienen asociadas a una fecha de especial importancia en el fervor religioso de nuestro país.
El venezolano, por lo general, prefiere el turismo que se asocia a los ambientes naturales (playas, ríos, montañas, etc.) que el que comúnmente se realiza dentro de los espacios urbanos (visitas a museos, edificaciones históricas…). Lo mismo puede decirse de los turistas extranjeros que llegan al país.
Desde luego, nosotros no tenemos las maravillas arquitectónicas que todos los años arrastran a millones de personas a las principales ciudades europeas, o en el caso de Latinoamérica, a la ciudad de México. Y tampoco tenemos la infraestructura hotelera y de servicios necesaria para ello. Pero tenemos algunos monumentos y edificios que deberíamos mostrar al mundo con más orgullo.

En la ciudad de Trujillo, por ejemplo, hay una escultura mariana tan alta como la Estatua de la Libertad en Nueva York, e incluso más alta que el Cristo del Cerro Corcovado en Río de Janeiro. Pero muchos venezolanos lo ignoran: es el monumento a la Virgen de la Paz.
En la ciudad de Mérida tenemos el teleférico más alto y segundo más largo del mundo, recientemente reinagurado luego de una completa rmodelación.
Muchas de nuestras ciudades aún conservan rincones pueblerinos, testigos de un pasado histórico que se nos antoja romántico, aunque a veces son difíciles de ver y admirar pues han quedado sepultados bajo la indiferencia oficial y popular.
Sin embargo, algunas poblaciones nuestras han sabido mantener la esencia de su glorioso pasado y lo exhiben ahora con orgullo: el casco colonial de la ciudad de Coro es buen ejemplo de ello, al punto que fue declarado por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1993.
También tenemos el ejemplo de Carora, el de Ciudad Bolívar y el de Puerto Cabello, por sólo nombrar algunos. Un caso distinto es el de Ciudad Guayana, cuyo principal atractivo turístico no es del tipo cultural, sino más bien natural: nos referimos a los espectaculares saltos y raudales que forma el río Caroní poco antes de su confluencia con el Orinoco, los cuales pueden ser apreciados en todo su esplendor en los parques La Llovizna y Cachamay.
En este espacio, denominado “Rutas Urbanas”, mostraremos entonces los principales atractivos turísticos y culturales presentes en el interior de los pueblos y ciudades de Venezuela.
Rutas Urbanas:
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